¿De dónde sale el plástico?
Aunque el plástico está presente en los objetos más cotidianos de nuestro día a día, su origen es menos popular de lo que parece.
En esencia, los plásticos pueden provenir de bioproductos renovables o sintéticos, que están hechos de petróleo.
¿Dónde comienza este proceso y qué fases sigue hasta llegar a la producción de un artículo? A través de las siguientes líneas ofrecemos las respuestas.
El origen químico y la transformación del plástico
La mayoría de veces el plástico proviene del petróleo crudo (en concreto, se utiliza la nafta). Por lo tanto, su ciclo comienza en una refinería.
Pero no basta con eso. La nafta debe formar un polímero y, para ello, requiere enlazarse a otros monómeros. Para lograrlo, hay 2 formas de hacerlo mediante reacciones químicas.
Por un lado, la policondensación da paso a dímeros, trímeros, tetrámeros… y se caracteriza por siempre desprenderse de un subproducto de bajo peso molecular, como el agua o el alcohol.
Y, por otro lado, la polimerización es el proceso químico que agrupa monómeros de bajo peso para formar el polímero, una molécula mayor.
Hay veces en que durante estos mismos procesos se incluyen algunas sustancias que tienen repercusión en el producto final y mejoran sus características o hasta varían el color por medio de pigmentos.
Cuando ese proceso ya ha concluido, aún queda procesar esos polímeros. Existen diferentes técnicas para lograrlo. Pero una de las más populares es la especialidad de Plastic 85: el moldeo por inyección.
Esta tecnología está especialmente destinada a tiradas de producción medias y largas. Entre sus ventajas, destacamos su capacidad de adaptación a componentes de diferentes tamaños, geometrías y aplicaciones.
Para saber más sobre este proceso, recomendamos la lectura del artículo de nuestro blog “¿Qué es la inyección de plásticos?”.
Un último apunte en relación a la pregunta que estamos respondiendo, de dónde sale el plástico. Aunque la mayor parte del plástico proviene del petróleo, actualmente también se puede producir a través de otras fuentes renovables, como la caña de azúcar o el maíz. Es el material conocido como Bioplástico o plástico Eco, y nos permite augurar una larga vida a los plásticos.
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