Entre las diferentes técnicas que se utilizan en el procesado de piezas de plástico, una de las más destacadas es el moldeo por inyección. Actualmente, podemos encontrar artículos fabricados a través de moldeo por inyección en prácticamente cada vehículo, oficina o fábrica. Por ese motivo, en las siguientes líneas queremos remarcar las ventajas de la inyección de plásticos.

El moldeo por inyección es un proceso que requiere de temperaturas elevadas. Consiste, principalmente, en alimentar un cilindro con granza (Tipo de plástico que se desea: ABS, PP, PE, PS, PA6, PVDF, etc.) En dicho cilindro hay unas resistencias externas que se programan a la temperatura de fusión del plástico. El material introducido es fundido y laminado gracias a la temperatura de dichas resistencias y sobre todo por el movimiento rotatorio del husillo interior, quien fuerza a su plastificación idónea.

Tras la fundición, se inyecta dicha masa dentro del molde a alta presión. Las presiones suelen ser de 10 a 200 MPa.

La masa fundida que entra en el molde coge la forma que este tiene en su interior. La pieza de plástico se crea al enfriarse el material dentro de este molde. Para ayudar a este proceso, los moldes cuentan con refrigeración propia. Cuando la pieza alcanza la temperatura de desmoldeo (pieza aún muy caliente pero sólida, el molde se abre y la pieza es expulsada mecánicamente; y ya se puede volver a repetir el proceso de nuevo.

La inyección de plásticos es un proceso que nos permite fabricar piezas de plástico y objetos de alta precisión, con superficies limpias y lisas. Además, el material utilizado se aprovecha en su totalidad.

No obstante, cuando su empresa trabaja con estándares elevados y muy exigentes, requiere contar con una empresa que disponga de elevada especialización, puesto que no es un procedimiento libre de puntos críticos.