Todo sobre la baquelita, el primer plástico sintético que cambió el mundo
“El material de mil usos” fue uno de los títulos que se le otorgó al primer plástico sintético: la baquelita. La llegada de este material constituyó un antes y un después en plena industrialización.
¿Cómo, cuándo y quién descubrió la baquelita? Respondemos a tales cuestiones mediante este artículo.
Orígenes del plástico sintético
A mediados del siglo XIX los químicos ya habían descubierto los polímeros, que están formados por cadenas de unidades repetidas que permiten su manipulación. Así que empezaron a hacer pruebas en laboratorios sin tener los resultados deseados.
Pero todo cambió en 1870, cuando John Wesley Hyatt transformó químicamente y por primera vez la celulosa, creando el celuloide. Sin embargo, todavía era necesario dar un paso adelante y crear un plástico sintético capaz de satisfacer las variadas necesidades de la industria.
En 1907, Leo Baekeland, un belga ubicado en Nueva York que ya era rico por haber inventado el primer papel fotográfico a Kodak, descubrió un nuevo compuesto al que llamó Bakelite en honor a su apellido.
Bakelite o baquelita, como la conocemos en español, se convirtió en el primer plástico sintético con implicaciones comerciales. Sus características eran únicas dado que era moldeable en caliente pero cuando se enfriaba era duro y muy resistente.
Algunas de las primeras aplicaciones que se le dio fueron la fabricación de teléfonos, pipas de fumar, piezas eléctricas y de automóvil, entre otras. Este hecho supuso una revolución y transformó el mundo tal y como se conocía hasta el momento.
Por supuesto, aquel material aún tenía muchas limitaciones. Pero su descubrimiento abrió la puerta a la investigación y desarrollo de variedades de plástico que hoy día forman parte de nuestra vida cotidiana, como el PUR (ejemplo: gadgets para cascos), PELD (como el obturador Kern), o TPU (por ejemplo, identificadores de ganadería).
Hoy en día, la baquelita -que es un termoestable- apenas es usada porque se han desarrollado termoplásticos que cumplen los mismos requerimientos a la vez que permiten una transformación por el proceso de inyección estándar. Cabe destacar que la forma de producirlos es radicalmente distinta. Y los resultados también, ya que la inyección con termoplásticos permite que las piezas tengan un acabado superficial mucho mejor.
Próximamente en nuestro blog ahondaremos más sobre el origen de los termoplásticos y cómo Dupont revolucionó el mundo con la introducción del famoso Delrin (POM) o el Nylon (PA6).
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